• Además de infraestructura y estímulos fiscales para la compra de unidades eléctricas, las empresas deben hacer un cambio de mentalidad.
  • Solo entre el 2% y 3% de la flota de vehículos comerciales en México es eléctrica, según datos de la Asociación Mexicana de Administradores de Flotilla de Automóviles (AMAFA).
  • El proceso de electrificación de las flotas en el país podría tardar hasta cinco años.

Ciudad de México, 29 de agosto de 2022. Actualmente, México se encuentra en una curva de aprendizaje en cuanto a la viabilidad de hacer la transición hacia flotas eléctricas; del universo de los vehículos comerciales que existen en el país, solo entre 2 y 3% es eléctrico, según datos de la Asociación Mexicana de Administradores de Flotilla de Automóviles (AMAFA), que participará en el evento Top Flotillas 2022, en septiembre próximo.  

 

Jaime Bringas García, presidente de la AMAFA —asociación que agrupa a cerca de 90 mil unidades, con compañías que tienen una flota promedio de entre 100 y más de 2 mil unidades—, asegura que a una empresa que cuenta con flota normal le representa un incremento de hasta 35% de su gasto total hacer una transición hacia flota eléctrica. Mientras que para aquella compañía que ya tiene autos híbridos el costo es de 15% de inversión adicional.

 

Debido a esto indica que, antes de entrar de lleno en la electromovilidad, las empresas con flota comercial están aprendiendo a identificar qué es viable electrificar y qué no, ya que considera que el tema va más allá de simplemente comprar un auto eléctrico y operar.

 

Señala que primero hay que entender que existen factores ajenos a la compañía, como la red eléctrica con una disponibilidad de conectores vasta; segundo, establecer e identificar los puntos para hacer la carga; y tercero, las facilidades logísticas para que el usuario pueda conectar la unidad durante la noche para hacer una carga más lenta, pero más económica, comparado a si lo hiciera de día en la Ciudad de México.  

“Las compañías, con una flota amplia, deben analizar a cuáles empleados sí pueden darle un auto eléctrico y determinar si le instalan un cargador en su casa o le van a dar un contrato independiente de su instalación de luz; es complejo y eso influye para hacer una transición más rápida hacia lo eléctrico, sin embargo, es parte de un aprendizaje. Otro punto es que no hay una disponibilidad alta de autos, pues tienen costos elevados”, explica Bringas.

 

El presidente de la AMAFA refiere que, donde sí existe un mayor impulso para la electrificación de la flota, es en el mercado de transporte de carga “porque la logística permite tener espacios donde puedes llegar con los camiones que distribuyen los productos y hacer la carga eléctrica, ahí la electrificación va avanzando en un 5%”.

 

Frente a este panorama, Bringas considera que para acelerar esta transición eléctrica en el país se requiere de tres puntos: más estímulos fiscales o una modificación en el concepto de gastos fiscales que se pueden deducir en la compra de autos eléctricos, el desarrollo de mayor infraestructura eléctrica para no depender de un solo proveedor y que las empresas deben tener un rol más importante para generar su electricidad y puedan distribuirla.

 

“En el 2023 tiene que haber un cambio de mentalidad en quienes gestionan flota para el uso de autos eléctricos. Las armadoras van a poder llegar a un punto de entrega de autos que tenga un mejor balance entre la necesidad y lo que el mercado consume. El proceso de electrificación, para que se vea como algo tangible, podría tardar hasta cinco años”, pronostica Jaime Bringas.

 

Por otra parte, León Rojas Madrid, experto en supply chain management, quien cuenta con más de 25 años de experiencia en logística y participará en el evento Top Flotillas 2022 en Playa del Carmen, complementa que, además del comercio electrónico, las industrias que están haciendo la transición hacia flotas eléctricas para la distribución de su mercancía son la de consumo y la de transporte público. Esta última está desarrollando tecnología para convertir las unidades actuales a eléctricas.

 

“La autonomía actual de las flotas oscila entre 50 y 60 kilómetros, sin embargo, las empresas, con el cambio hacia lo eléctrico, están trabajando para alcanzar autonomías de alrededor de los 100 kilómetros. Considero que el futuro de la adopción de las flotas eléctricas en 2023 dependerá del avance del desarrollo y mejora de las baterías que actualmente se tienen y del apoyo del gobierno”, plantea León Rojas.

 

El especialista destaca que los principales retos que enfrentan actualmente las empresas en su área de transporte en México son, ante todo, la inseguridad que se vive en el país, la falta de operadores, además de la implementación, el desarrollo y la mejora de los procesos administrativos-operativos de las empresas transportistas.

 

Ante este panorama y para que las empresas tengan envíos más seguros, León Rojas aconseja que adquieran herramientas que les permitan una trazabilidad en tiempo real de sus mercancías, desde su carga hasta su entrega, para tener una mejor reacción. Además, considera que todos los transportistas deben reforzar la elaboración de procesos y capacitar a sus operadores. 

 

“Las grandes empresas deben implementar la mejora continua de sus procesos y las Pymes primero deben encontrar un proveedor de software que se adapte a sus necesidades. La mejora de la rentabilidad depende de cada empresa, ya que al tener la información en tiempo real cada responsable decide cómo asignar o manejar los recursos económicos, sin embargo, en el negocio del transporte el ser competitivo en precios es un factor principal que demandan los clientes”, concluye León Rojas.

 

Ambos, presentes en Top Flotillas

 

Respecto al evento de Top Flotillas, que en esta edición cumple 10 años y se celebrará del 6 al 8 de septiembre en Playa del Carmen, Jaime Bringas y León Rojas coincidieron en que el evento reúne a los proveedores más importantes que ofertan los mejores productos, servicios, novedades, y además incrementa la relación de negocio entre el consumidor y el proveedor.

 

“En estos 10 años, la evolución ha sido principalmente en la relación y el conocimiento de nuevas tecnologías que se pueden construir entre las partes del consumidor de equipos de transporte con las armadoras. Las ventajas son tener la oportunidad de hacer networking, la relación directa con proveedores de transportes, así como conocer las nuevas tecnologías de unidades de transporte a corto, mediano y largo plazo”, afirma León Rojas.

 

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